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viernes, 4 de agosto de 2017

El Paseo de Aguas por Ana Maria Malachowski Rebagliati

"Lima ha sido siempre ciudad de paseantes y hasta tenemos un vocablo peruanísimo: paseandero. Antes de que Amat creara el Paseo de los Descalzos y el Paseo de Aguas, los limeños organizaban cabalgatas a Amancaes, a Chorrillos y, a veces, hasta Lurín. Cuando vinieron las calesas y empezó la decadencia de los centauros, surgieron los paseos típicamente coloniales. Versalles dominaba en el mundo y la Casa de Borbón reinaba en España". Federico More
EL PASEO DE AGUAS
El Paseo de Aguas era parte de todo un conjunto de recreo que el Virrey Manuel Amat y Juniet - un Virrey enérgico, codicioso y galante - y con una visión urbanística, mandó construir al pie mismo de la casa de su amante, la actriz de variedades, Micaela Villegas, "la Perricholi" (hoy, esa casa ya no existe, y en su lugar es una antigua fábrica de cerveza). El Paseo de Aguas, es un rincón singular y apasible de estilo afrancesado de mediados del siglo XVIII. Para la época se trataba de un proyecto atrevido ya que se encontraba fuera de los linderos de la ciudad. Los trabajos se iniciaron en el año 1770 presentándose luego varios retrasos hasta que años después, en 1776, la obra quedó inconclusa pues se agotó el financiamiento lo que trajo protestas por parte de los propietarios de los huertos cercanos. Pero pese a eso, este paseo, que podía durar cuatro o cinco horas, siempre fue muy visitado por los limeños callejeros, un rato a pie un rato en calesas, aún estando inconcluso y derruído.
"El Rimac se parece mucho al río de Arequipa. Corre igualmente sobre un lecho de piedras y entre rocas. El puente es hermoso y es allí donde se colocan los papanatas para ver pasar a las señoras que van al Paseo de Aguas. Los principales paseos son el Almendral y el Paseo de Aguas, este último es el preferido. Es hermoso, pero mal situado. El riachuelo que lo bordea, los grandes árboles que lo adornan producen, en invierno, humedad muy perjudicial a la salud y durante el verano la falta de aire".
Según relatos históricos la construcción de dicho monumento fue motivado por una promesa que hiciera el Virrey Amat de 60 años a su amada Perricholi de 18 o 19 años. Dicen que cuando éste le declaró su amor, pidiéndole que fuera su amante, ella le respondió que "lo haría cuando él pusiera la Luna a sus pies". El Virrey ingeniosamente ideó la construcción de seis arcos de estilo francés con una amplia fuente que pudiera servir como espejo y reflejara el firmamento en sus aguas. Terminada la obra, Amat esperó pacientemente una noche de Luna Llena, para invitar a su amada a dar un paseo y llevándola de la mano hasta el borde de dicha fuente le susurró al oido: "hoy pongo la luna a tus pies ......" La historia cuenta también que cuando el romántico Virrey abandonó el cargo y viajó a España (1776), su antigua amante, se mudó a una casa grande situada en la esquina de La Alameda de los Descalzos, barrio de Abajo el Puente donde había un molino, huertas y árboles.
Al Paseo, elegante y lujoso, lo rodeaba un gran espejo de agua frente al muro de la arqueria - coronada por un friso de ojos de buey -, que debió ser un acueducto para que las aguas del Rímac cayeran en cascada desde su elevado arco central. El monumento quiso imitar un antiguo juego de aguas que existían en la ciudad francesa de Narbona y por este motivo primero se llamó Paseo de la Narbona antes de llamarse Paseo de Aguas.
"El domingo y días feriados, el paseo se asemeja, por la tarde, al boulevard de Gante. Las mujeres están casi todas con sayas y muchas sentadas sobre las bancas. En esta posición el vestido deja ver hasta las rodillas. Hay en la calzada numerosas calesas; unas van al paso, otras se detienen para que las señoras que van en ellas puedan hacer admirar su belleza y su elegancia".
El Paseo rodeaba un gran espejo que abastecía de agua al molino de la Quinta de Presa y, posteriormente, al mercado de Limoncillo ubicado en el mismo distrito e inaugurado el 27 de febrero de 1929.
Fuente:
- Peregrinaciones de una Paria de Flora Tristán
- "El Rímac que quiero"
- Itinerarios de Lima de Héctor Velarde

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