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jueves, 20 de febrero de 2014

Lima y sus Novedades






Tengo unos papelitos verdes, de esos a los que se les llama “sticky notes”, con su gomita arriba y que sirven para pegarlos en cualquier superficie que normalmente aparezca frente a ti todos los días, para recordarte que tienes que hacer algo.  En ellos he apuntado muy cuidadosamente  todo lo que hice cada día que estuve en Lima, durante 15 días.  En estos tiempos en los que la memoria falla, es perentorio escribir lo que uno ha hecho para poder contar con exactitud todos los pasos que uno da.
Llegar a Lima es siempre algo mágico para mí.  Regreso al Perú cada vez que puedo, porque mis raíces me jalan, aunque la casa paterna se está yendo; aunque ahora se haya convertido en un gran contenedor de memorias que compartimos durante los 35 años que mis padres vivieron allí.  Donde ahora sentimos que llegamos quizás por última vez antes de que la vendamos y demos una vuelta más a las páginas de nuestra vida familiar.  Caminar por cada uno de los cuartos me trae muchas memorias.  Muchas veces me he parado ahora en el comedor que convertimos en dormitorio de mis padres para evitar la incomodidad que ocasiona a los viejos, trepar los incómodos peldaños.  Me parecía ver a mi padre echado, protegiendo sus zapatos junto a su cama pegada a la ventana, demandando atención indivisa de todo el mundo, disfrutando de sus “lonchecitos”de los domingos, haciendo el “salud en cruz”con el padre Antonio y haciendo quiñes en la  vieja mesa del comedor, y contando cuando se acordaba y no creía que el techo se le venía encima, sus historias de movida juventud.  Y el que me veía en ese instante creería que estaba loca, porque todas las mañanas saludaba su presencia imaginaria, tomaba fotos del rincón donde estaban situadas antes las camas de mis padres, con la esperanza que salieran esos circulitos blancos que dicen que son las fotos de los espíritus, y que me indicaran que allí moraba su espíritu.  Cuánta soledad se siente cuando el rey de la casa se va y la vida que daba su espíritu a ella, muere con él.
Llegué un martes por la noche, después de un vuelo en un avión de una compañía que dice ser económica pero que no tiene nada de eso, excepto de que te matan de hambre al darte en 7 horas de viaje 3 bolsitas de papitas y una caja proteínica que me tuve que comprar y luego me arrepentí, porque estaba llena de miniaturas de salame, quesitos, galletitas de agua horribles, palitos de pretzels insípidos y qué se yo!  Hasta las películas eran antiguas!
Mis hermanas me esperaban con unas bolsitas de pan y jamoncito, jugo y botellas de agua, y un pijama party sorpresa.  Casi me botan de la cama porque sólo habían dos camas y éramos tres.  En la mañana se fueron bien rápido porque no soportaban mis horribles ronquidos, producto de una sinusitis crónica que impide que respire normalmente.  Eso creo…
Con la ayuda de mis amigas he podido solucionar una serie de problemas de trámites que hubiese sido muy difícil de hacerlos tan aceleradamente, de otra manera.  Todavía existen en este mundo personas que sin interés alguno le demuestran a uno el verdadero significado de la amistad.  Susy, Blanqui, Dori y Choli, gracias desde el fondo de mi corazón por haberme ayudado a agilizar mi estadía allá, saltando obstáculos, dándome aventones a diferentes sitios a los que tenía que ir, invitándome a almorzar y compartiendo sus familias conmigo, al igual que mis hermanas.
Visité con ellas sitios nuevos como el Panca, el Jose Antonio, Don Cucho en Pachacamac, el Centro Cultural de Breña, la sanguchería, La Lucha, el News  Café en el mall del Jockey Plaza, y  tomé muchos cafecitos nocturnos  de búho, con mis hermanas en sus sitios de siempre como el Delicass, el Pharmax , La Baguette o la Pastelería San Antonio.  Comí anticuchos, pollos a la brasa, saltadito, tamales, chancho al palo, y todas esas comiditas que le dan al Perú su denominación de mejor destino gastronómico del mundo.  Gracias a Dios que sudé las calorías gracias a las tremendas caminatas que hacía cada día para visitar a mis hermanas o caminar del micro a mi casa o para caminar por esta Gran Lima…rehuso tomar taxis por el peligro que ellos representan a los que se suben…en especial si uno por casualidad tiene pinta de gringa.
Si uno quiere encontrar el talabartero o zapatero barato que se molesta en ir a la curtiembre para encontrarte el match exacto del cuero gastado de tu cartera para reemplazarlo, o si se te rompe un saco de manera que parece imposible de remendar, nuestros artesanos peruanos siempre van a poder solucionar estas causas que creíamos perdidas. Y hasta tuvieron la paciencia de deshacer la dos veces repasada costura en zigzag que hice sobre mi saco desesperada ya por no poder componer la rotura desastrosa que presentaba.  Y eso que no les llevé mis chompas de alpaca que nunca me pude poner porque las polillas me ganaron la posta e hicieron huecos visibles en varias de ellas.  Las que hacen zurcido invisible son unas artistas del parchado.
Me subí al tren eléctrico, a los micros, y combis y ómnibuses, entre ellos el famoso Metropolitano y observé a muchos de los miles de ambulantes, mendigos  que piden dinero para su enfermedad o la de sus familiares con certificados hospitalarios enmicados o forrados en plástico, y “trabajadores” que no aceptan pedir sin ofrecer, cantando, vendiendo caramelos, chocolates o ingeniosas mercancías o manuales donde te muestran cómo escribir cartas legales,  los últimos secretos del internet, manuales de cortesía, y hasta cómo descubrir las claves en cuentas de internet (insólito! Pero un ambulante lo vendía en la Av. Tacna).  Lima es una ciudad Folclórica, donde encuentras toda clase de gente ocurrente y llena de recursos para conseguir lo que quieren.
Fui a los “Polvos de todos los colores”(hay rosados, azules y otros más), sitios donde venden mercadería de todo tipo, desde las atractivas películas “bambas”, donde se encuentra lo ultimito de las películas candidatas al Oscar de la Academia o las  series que recién se están mostrando en la tele, como la última temporada de la serie Downton Abbey que recién comienza en los estates…importada de Inglaterra, donde ya terminó; o imitaciones de ropa de marca como Izod, Náutica, Bebé, y otras…aunque yo creo que son saldos fallados de las fábricas auténticas que se encuentran en la Av. Argentina y otras; o aparatos eléctricos variados, estuches para Ipods, zapatos y carteras de moda, etc.  También me di mi vueltita por el emporio que hoy es Gamarra, cuna de los informales, ahora tornados a formales y que proporcionan un alto ingreso al erario nacional.  Y no me faltó la visita donde el chino de la esquina de la casa de mis padres, que cada día progresa más y le hace la competencia a Wong con sus precios más baratos.  Hasta fruta y verdura vende, lo cual es conveniente para comprar cositas de último minuto o antojos que siempre uno necesita en casa.
Lima y sus distritos aledaños paran desiertos los fines de semana.  Todos los que pueden se dirigen hacia las Playas del Sur y se meten en sus covachas propias o prestadas o son invitados a disfrutar de las maravillosas playas.  Echia, San Antonio del Regatas, Pucusana, Playa Hermosa, Puerto Fiel, playas donde en mi juventud hacíamos campamento en carpas, ahora se han convertido en urbanizaciones con casa increíbles, hasta más bonitas que las de la ciudad…con malls, supermercados, y todo lo necesario para quitarles las incomodidades a los veraneantes.  No tuve la suerte de ser invitada esta vez, pero qué me importa, no me gusta el sol fuerte, y con el calor que hace…huácala, como diría mi hermana Cecilia. Hacía tanto calor, que me despertaba sudando  como tres veces en la noche.
Lima es una ciudad preocupada siempre por difundir el arte y la cultura. La ciudad suda cultura por todos sus poros.  Se puede encontrar la peña musical más auténtica, los tours más interesantes y los montajes teatrales o musicales más exclusivos.
Así, en MATE, el centro de exposición de Mario Testino, tuve la oportunidad de acudir a un recital de una violinista joven y excéntrica,  Pauchi Sasaki, que toca una música muy especial, quizás poco comprendida por mí, pero con un talento pocas veces visto y muy bien aprovechado, ya que se ha abierto paso entre el público intelectual de Lima que acude a los conciertos que da con frecuencia.
Esta vez su recital se denominó Gamma IX, e incluyó música en vivo, acompañada por una orquesta, pistas electrónicas y reflejos con luces lasser en las paredes.  “Para que la música y la muestra Somos lIbres en la galería Testino encajen, he buscado enfatizar en las sonoridades contemporáneas”, afirma. “En esta performance, los sonidos van a ser brillantes y estridentes.  Desde el sonido hasta la parte visual se ha buscado mantener una misma iridiscencia”, agrega la violinista.
La artista agrega que un ingrediente importante de la performance es la unidad de distintas técnicas audiovisuales, una aproximación común en las tendencias artísticas actuales.  “Quiero que la performance se sienta contemporánea”, agrega Pauchi
“Gama IX” incluirá tres instrumentos interactivos:  “Tenemos un arpa electrónica de hilos de neón dentro de una estructura de acrílico, conectada por un chip a la computadora que es controlada a distancia”, dice Sasaki.
Otro es el llamado ‘electro magnetic fields’. Este fue estrenado por Sasaki en la performance “Alta moda”, una anterior muestra de Testino que sirvió de inspiración para su propuesta sonora.
“Hay un instrumento más –añade Pauchi–, se trata de un violín electrónico al que se le añade un comando con el que puedo controlar mi computadora y cambiar desde allí los sonidos del violín”.
A la artista le entusiasma la idea de ofrecerle al público una propuesta compleja en formato de concierto, que puede resultar atractiva para todos.
La entrada incluía un coctel de chilcanos, que me tomé con gran avidez una vez terminado el recital.  Riquísimo, les cuento.
(Fotos: Musuk Nolte)

Siguiendo mis recorridos, esta vez tuve la oportunidad de asistir a una peña verdadera, El Centro Cultural, Social y Musical de Breña. 

Nunca me imaginé que en un rincón de uno de los distritos más pequeños de Lima, antes la Hacienda Breña  (significa tierra quebrada entre peñas, y poblada de maleza),   existiera un lugar que nos transportara a un pasado en que surgieron estos grupos de amantes de la música criolla para hacer y perpetuar uno de los géneros más perdurables de nuestra tradición peruana.  Nada más entrar al local, el número 452, que por fuera parece una más de las impecables casas del Jirón Olmedo con sus puertas de vidrio rodeadas de fierro forjado, uno se encuentra con un gran salón salpicado de sólidas mesas y sillas de madera, cuyas paredes están forradas de numerosas fotografías de todos los visitantes y miembros que por allí han pasado. Del techo cuelgan grandes ventiladores y lo atraviesan cadenetas de papel de múltiples colores.  A un extremo del salón se encuentra un pequeño estrado donde se sitúan los músicos que acompañan  a los diversos cantantes, decimistas y poetas que allí se presentan.  Asisten allí  los bohemios jaranistas que han incorporado al criollismo como un medio de vida.  Al son de la criolla música bailan las parejas con una gracia sin igual, mientras que por allí, los de una mesa celebran un santo, otros una cita furtiva y otros más degustan sus cervecitas y algunos platillos criollos servidos por una morena de esas que saben cocinar de a verdacita.  Allí moran los verdaderos jaraneros; los de ayer y hoy.
El Centro Cultural, Social, Musical de Breña fue creado el 15 de julio de 1974, en el ya legendario distrito jaranero, el cual junto con los Barrios Altos, fueron la primera cuna del criollismo. 
Desde entonces ha ido haciendo historia con sus cantores, músicos y compositores.  Juan de Dios Rojas fue uno de sus más activos promotores y su primer presidente.  Fueron socios fundadores don Máximo Bravo, Wendor Salgado, Jorge Boceta, José Denegri, y otros amantes del criollismo. Conversé con su amable presidente, Dante quien me proporcionó con una información de primera acerca de este Centro familiar de nuestra tradicional música. Les presento un video de una noche musical para que se vayan dando cuenta de las jaranas que allí se arman.
En las peñas se reunían los vecinos del lugar y se presentaban entre ellos cantaautores que presentaban sus canciones al son de guitarra y cajón, en forma improvisada y libre. De las peñas surgieron los valses del recuerdo que hoy se escuchan y cuyos autores permitieron comercializar.  Muchos quedaron en la tradición familiar o en la de las peñas cerradas. 

El Centro Cultural Breña, todavía alberga a esos cantantes improvisados que en esta oportunidad pudimos gozar.  Es un centro cerrado, donde entran los invitados y socios, hasta con reglamentos y estatutos.  Sus jueves culturales donde presentan películas relacionadas con este género musical y homenajean a autores criollos, los viernes y sábados de peña activa, donde también se mezclan  las zamacuecas y otros bailes negroides y la música andina  y una atención diaria, donde uno puede conversar con los amigos, o simplemente reunirse para hacer música o discutir cualquier tema vecinal, hacen de este sitio un salón familiar donde todos se conocen y con el que se sienten identificados.  “Y es que el Breña no es una peña; es un templo del criollismo, donde el vals es el culto y el trago entre amigos la comunión.” (LOS ROSTROS DE LA NOCHE Por Alicia del Aguila - QUEHACER 111) 





Estaba como loca por ser una de las primeras que se subiera al famoso tranvía-bus, que es un nuevo circuito turístico en un vehículo que parece un tranvía antiguo y que la Municipalidad de San Miguel en unión con la compañía Mirabus, ha organizado para hacer un recorrido  uniendo distritos, que abarca desde el distrito de San Miguel, pasando por lugares interesantes de éste, así como Magdalena, San Isidro, Miraflores, Barranco y Chorrillos, yendo por la zona alta de los malecones y retornando por el circuito de playas de la Costa Verde. Funcionará de martes a domingos en los horarios de 2:30pm y 6pm y tiene la capacidad de transportar 40 pasajeros.  Cuenta con un guía profesional que va describiendo por altavoz los sitios por los que se pasa.
Quise iniciar el recorrido desde su sede en la cuadra 22 de la Avenida La Marina, pero desgraciadamente, ese día el bus (recién inaugurado) había sufrido un desperfecto, por lo que no pudimos hacer ese circuito. 

Sin embargo, la Municipalidad de Miraflores, organiza un paseo similar, pero que por supuesto no incluye San Miguel, pero sí todos los demás distritos que he nombrado anteriormente; así que acompañada por un grupo de amigas aventureras nos embarcamos por 20 soles en el bus de las 6pm.  Es un paseo muy lindo y que cuenta con un guía muy documentado que nos contó historia y anécdotas de los puntos que recorrimos. Pasamos por el Parque del Amor con su insinuante estatua.  Atravesamos  el puente Villena llamado el paraíso de los suicidas porque de allí se tiraban los que perdían esperanza en la vida, hasta que el Alcalde de turno tuvo que revestirlo con una cerca de planchas de policarbonato transparentes, para evitar estos sucesos.  Recorrimos todo el Malecón, que cambia de nombre según las zonas de ubicación, y sus bellos parques, y Larcomar y las imponentes chimeneas en el Parque Salazar, el cual cuando yo era niña, era mi sitio de juegos, donde después hicieron una hondonada con  un parque de cemento creado para los patinadores, y que luego se convirtió en el famoso Rincón Gaucho, restaurante de carnes argentinas deliciosas (que ricos cuadriles comíamos!) y que ahora se ha trasladado frente al Museo de Arte Moderno de Barranco para dejar paso a la construcción del centro comercial. Nos dirigimos a Chorrillos por la Costa Verde, pasando por playas como Waikiki, la de los tablistas snobs, Yuyos, Agua Dulce, y otras, y subimos por el camino que va a la Herradura pasando por el restaurante el Salto del fraile, para justo ver desde lejos, como es tradición, cómo se tiraba el fraile desde la roca junto a este establecimiento.  Me acuerdo que una vez le pregunté al tipo que hacía de fraile que cómo se atrevía a tirarse de tal altura y me contestó lógicamente,”por la plata, pues señorita!”. 

Pasamos por el túnel de la Herradura gritando a todo pulmón para espantar a los murciélagos que todavía se cuelgan del techo, y nos dirigimos a Barranco,   distrito maravilloso donde la jarana y los restaurantes bohemios y peñas imperan.  Era la noche del festival del Pisco Sour y eso estaba llenísimo de gente.  Continuamos nuestro recorrido y pasamos por  la Av. Larco en Miraflores, con sus casinos y restaurantes preciosos; pasamos por el Parque Central con su Municipalidad donde yo me casé hace una punta de años; y por la iglesia de la Virgen  Milagrosa, donde iba a misa desde cuando era chica y todavía nos poníamos mantillas y manga corta para entrar al recinto sagrado.  Nos dirigimos por la Av. Petit Thouars y pasamos por el cine Canout, ahora teatro de comedias, por donde me paseaba cuando era jovencita, porque quedaba detrás de mi casa en la Av. Arequipa.  Nos dirigimos, pasando por la Casa Moreyra, ahora  el lujoso restaurante Astrid y Gastón; por la  bellísima Iglesia de altares en pan de oro, de la Virgen del Pilar adonde a tantos matrimonios he asistido; por el famoso Parque del Olivar con sus olivos que son hijos de los plantones sobrevivientes que trajo el alférez y maestre de campo de Gonzalo Pizarro, Antonio de Rivera, allá por 1567,  y que todavía dan todavía aceitunas deliciosas. Pasamos por la Huaca Pucllana construida con adobes colocados en forma de libreros, ahora reconstruida y hermosamente renovada, y que cuenta con un restaurante de primera; y también por la Huaca de Huallamarca, que era un pueblo llamado Hualla. Pasamos por la Av. Del Golf,  que está rodeada de edificios altísimos con vistas maravillosas y que es  llamada así por el Club de Golf, que está situado en esa zona. Regresamos por la Avenida Camino Real que antes fue parte del Camino Inca Capacnan; pasamos por Conquistadores, lugar por donde alguna vez pasó Pizarro y nos dirigimos a Miraflores de nuevo, pasando por otras avenidas importantes.  Lindo paseo nocturno y de grandes evocaciones. La Agencia Peruana de Noticias Andina nos cuenta además:
“Pero las novedades de la temporada no terminan con el bus tranvía. Para mediados de marzo se tiene previsto poner en circulación el “bus anfibio”, un singular vehículo que unirá Miraflores y el Callao por vía terrestre, y luego realizará –él mismo– un circuito por el mar chalaco.  “En una hora y media se recorrerá el mar del Callao frente al muelle sur, hasta acercarse a las islas San Lorenzo, e incluso hasta El Frontón, para acabar en La Punta”, explica Reaño.
Luego de conseguir su inscripción en los Registros Públicos, el bus de tecnología Euro 5-Iveco, categoría M3C3, amigable con el medio ambiente, está a la espera del visto bueno de la Capitanía de Puertos y de la construcción de una rampa en Chucuito, que le permitirá ingresar al Océano Pacífico.  Reaño estima que el costo del viaje superará los S/.50 debido al alto costo de mantenimiento.
El bus cuenta con GPS, bolsas salvavidas, 18 compartimentos, aleación de aluminio de 8 milímetros de grosor y una hélice turbo jet que le permite desplazarse a 8 nudos, es decir, a 20 km por hora en el mar.

Con este estreno turístico, Lima contará con un atractivo que ya funciona en Boston (EE.UU.), el río Tajo de Lisboa (Portugal), el río Danubio (Comunidad Europea) y la isla de Malta.” No hay duda que también seré una de las que viaje abordo.
Lima siempre tiene un nuevo encanto que ofrecerme y cada vez que me regreso lo hago con mucha pena, pero tengo muchas esperanzas y grandes planes para mi próxima visita.



1 comentario:

Isi Warmi dijo...

Linda crónica de tu viaje Lucy!!!